Sant Sopar: Selfie

Sant Sopar: PP

Diabetis

Sant Sopar: hippies

Sant Sopar: zombis.

Sant Sopar: visca els vuitanta!

Mundus Benedictionem

Sant sopar: vídeojocs.

A mis amigos españoles.

Estoy leyendo un poco la prensa y tal y veo que por allá al oeste no os estáis tomando la cosa muy en serio. Me refiero a que se le echa la culpa a Mas, a que se habla de victimismo, de protestar por protestar para esconder los recortes…

Seguramente algo de todo eso hay. Pero las encuestas dicen que algo ha cambiado. Antes, los indepes eran cuatro gatos. Ya no.

La última ha sido el debate con la encuesta de El Periódico de Catalunya. La cosa es que, en su encuesta, la mitad de los catalanes quieren la independencia, y luego la otra mitad está fifty/fifty entre indecisos y partidarios del no. La polémica venía porque, según El Periódico, la mitad que sí y la mitad que no, cuando hay muchos catalanes que no hemos ido porque no tenemos claro qué tipo de Estado se está proponiendo. Se está hablando, por ejemplo, de hacer cooficial el castellano.

Quisiera que tuviérais en cuenta dos cosas: la primera, que el que os habla es un catalán miembro de un colectivo llamado “Diablos de Hispannia”, y tengo un montón de amigos en Spanishred.  Tengo amigos virtuales y presenciales en España, me gusta recorrer la península, me gustan sus gentes. Me gustan Krahe,  Labordeta, Camarón. Yo no soy nacionalista, por mucho que os lo pueda parecer. Simplemente os explico qué está pasando. Es y ha sido un suplicio ver cómo aumentaba la desafección por España, pero peor ha sido ver cómo España daba pasos constantes por aumentar ese desencuentro. El colmo fue lo del Estatut. Y sí, le echo la culpa al PP directamente, por la parte activa. Al PSOE, por la pasiva. Pero el que ha roto España es el PP. No sabéis la de veces que hemos oído en Catalunya el anuncio aquel de Arenas en el que los andaluces pagan y Catalunya recibe. Allá os da lo mismo: se acaban las elecciones, y se acabó el chorreo. Aquí no, aquí nos lo recuerdan una y otra vez: España no nos quiere.

La segunda: no se está debatiendo el qué, sino el cómo. Estoy leyendo cosas del estilo “estarán fuera de la UE”, “las grandes empresas se irán…” Chorradas. Empecemos a hablar en serio de cómo se cambia la Constitución, o nos vamos. Y sí, me incluyo. Una cosa es no ser nacionalista, y la otra es ser gilipollas. Estoy harto de argumentos tipo “habiendo idioma común”, o “la insolidaridad catalana”, y no os explico lo muy hasta los santísimos cojones que estoy de la excusa “Madrid nos roba”. Tan idiotas son unos patriotas como otros, pero como nos van a hacer elegir, voy a pelear porque mi país sea más justo, más solidario y menos quejica. Y por lo menos aquí alguien quiere cambiar algo. En España las grandes “ideas” son echarle la culpa de todo a los representantes democráticos. No pagarles. Que los parlamentos sean asambleíllas vecinales, quejándose al dueño en la puerta de la Asamblea General de Accionistas de España.

Ya puestos a escribir, pongo mis mínimos de cómo debería ser un Estado que integrara a Catalunya en España.

1. El catalán o es lengua española o no lo es. Si no lo es, adiós. ¿Qué mierda es esa que no se puede hablar catalán en España? Es mi lengua, qué queréis que os diga. De momento el único sitio donde es verdaderamente oficial es en Andorra, y no me gusta Andorra. Si aparece algo mejor, pallá que voy. Uy, sí, qué caros los traductores. Pues eso.

2. El dinero se cuenta y se reparte con un criterio de solidaridad preestablecido. El que lo malgaste, lo pierde.

3.  Las estructuras de gobierno y los servicios básicos se pagan con los impuestos de los gobernados, no de otros. Gobiernos los mínimos y necesarios. Si Castilla y León se junta con Castilla La Mancha para conseguir unas estructuras de gestión más rentables, fantástico. Si se suma Extremadura, ya no te digo. Les saldrá más barato. Si son tan Extremeños o tan Leoneses que necesitan un Parlamento e Instituciones propias, que se las paguen.

4. La solidaridad sirve para reducir diferencias, no para mantenerlas. El dinero que aplicado en un sitio no acaba reduciendo diferencias hay que aplicarlo a otra cosa.

El pacto fiscal se queda muy corto. No sólo debe establecerse que los catalanes recaudamos y luego damos a España. Además de dejar claro cuánto se da, hay que tener claro para qué se da.

Primero, España. Luego, Europa.

Ridiculosaurus Reginae

 

Una manada.